Una cama desecha, sábanas sucias,
un vaso en la mesa de luz, casi vacío, un reloj despertador… tic tac, tic
tac...
Sobre la alfombra, un cuerpo
desnudo, un frasco de pastillas.
La sirena, golpes en la puerta,
gritos desesperados. Dentro de la habitación, sólo silencio, para siempre, y
una nota arrugada, ilegible, inútil… tic tac, tic tac, tic tac.
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