Esterlina cose,
Esterlina llora.
Recuerda la blanda
muerte silenciosa.
Sola en su reino de
luz ve los ojos acechantes de mil palomas.
El miedo la habita,
apaga las lámparas, una a una
y se viste de
blanco, simula su boda.
Ahora vienen por
ella, la buscan, la encuentran.
Esterlina espera,
paciente.
Sabe que tarde o
temprano no podrá escapar de esos ojos de fuego.
De nuevo el aire le
falta, la garganta se cierra.
Ruido de alas en la
boca abierta.
Otra vez, el miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario